• Generar experiencias significativas en torno al arte, que deriven en el desarrollo de las inteligencias, habilidades, valores y actitudes en los artistas y en los espectadores.
• Promover la revaloración del arte de los títeres en todas sus manifestaciones.
• Buscar la profesionalización del arte escénico en todos los aspectos (enseñanza, producción, investigación, difusión, etc.).
• Establecer relaciones con artistas profesionales de diferentes culturas, provocando reflexiones contemporáneas sobre nuestro  quehacer escénico, además de fomentar la colaboración mediante el intercambio de las prácticas artísticas y el desarrollo de formas y  técnicas del teatro de títeres en su más amplia expresión transdisciplinar.

«Esta es una historia que comienza con una lágrima; es una historia de lo que se sabe, de cómo en el origen, ella estaba ahí con él. Juntos derramaban lágrimas desiertas mientras creaban los primeros arcoiris; Juntos, sin nombre, como un hueco en el vacío. Juntos, haciendo ruido, ruido que formará el océano y las olas del océano. Juntos trazando la geografía de la tierra y las líneas de la mano. Juntos, dibujando la línea en donde se miran la noche y el día. Ella sentada en una rosa circular. Él erguido abrazando el infinito en sus pechos, y creando astros con el sudor de su espalda. Ella, Él. Él, Ella. Quedará en el espacio la sombra siniestra de una lágrima inmensa. Quedará la tímida lucidez de la muerte. Canta el caos y su eco llora en todo el universo…» Fragmento de “Altazor” de V. Huidobro, adaptación para la obra «Soma, cuerpos en caída libre.»

La imagen de la dualidad creadora del universo (según la cosmovisión de varias culturas originarias de América y otras filosofías del mundo), ha sido recurrente en nuestro camino. Luna Morena es un proyecto creado por Ana Zatarain (More) y Miguel Angel Gutiérrez; Juntos comenzamos una travesía que se convirtió en dos de los proyectos más importantes de nuestras vidas: Nuestra familia y nuestra profesión. El proyecto de Luna (él) Morena (ella), surge como una necesidad de expresión creativa, de comunicación y contacto con el mundo, que se convirtió en una misión que le dió sentido a nuestra vida. Primero encontramos en las tradiciones, historias y leyendas de las culturas originarias americanas, el material más pertinente para compartir en una época en la que consideramos urgente el llamado de la tierra, de las voces silenciadas del pasado indígena que vive en nuestra sangre y actualmente es invisible en las normas y mandatos político-sociales. Con ello, el eco de nuestra consciencia adormecida y colonizada pero milenaria, encontró salida a través de distintos objetos y frágiles trozos de materia: madera, papel, fibras naturales, plantas, canastos y diversos instrumentos sirvieron como “mediums” de las narraciones, canciones y demás materiales provenientes de la literatura o de la tradición oral recabada con una minuciosa devoción. Fueron los primeros pasos de una travesía que se transformaría con el tiempo, en un mosaico de colores tan disímbolo como complejo en cuanto a lo heterogéneo de su origen. Los materiales fueron transformándose y comenzaron a encontrar mecanismos más precisos para su expresión y movimiento. Las temáticas cambiaron, nuestros intereses y necesidades se multiplicaron y la creatividad se diversificó a través de otras miradas y latitudes, generando procesos excepcionales en donde todos crecimos como individuos y como artistas. Así, a través de los fracasos y pequeños triunfos del oficio, nació la familia Luna Morena: una familia multicultural, única y llena de vida.