En Memorias del reloj de arena, siete fragmentos escénicos tocan el imaginario de los espectadores con una atmósfera poética, sonora y visual.
Tan pronto como el reloj de arena gira, la luz y el tiempo tomarán forma en escena. Tres actores de carne y hueso serán transportados sucesivamente en universos efímeros que se ponen en movimiento como el mecanismo de un reloj.